En España muchas organizaciones ya cuentan con una trayectoria significativa en el ámbito del envejecimiento poblacional. Estos datos demuestran que, aunque la nueva longevidad parece un concepto reciente a nivel global. Sin embargo, una cuestión clave es: ¿En qué medida estas iniciativas, ya sean recientes o con larga trayectoria, trabajan de manera coordinada para maximizar su impacto?

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Principales hallazgos y desafíos:

Las organizaciones participantes en el mapeo, junto con los expertos y las expertas consultados, coinciden en señalar que la sociedad está mostrando un creciente interés por la longevidad y la participación intergeneracional, abarcando diversos ámbitos como el académico, el empresarial, las organizaciones sociales y la administración pública. Actualmente, el 40% de las organizaciones que han participado en el mapeo indican que también operan en al menos otro país, con una destacada presencia en Iberoamérica (35%).

Sin embargo, el ecosistema de la nueva longevidad se enfrenta fragmentación en varias dimensiones: etaria, política, territorial y con una visión reduccionista del envejecimiento y falta de interseccionalidad. Esta falta de cohesión limita el desarrollo de un enfoque holístico e intergeneracional, impidiendo una visión completa e inclusiva.

El

64%

de las iniciativas indican insuficiente coordinación entre sectores, lo cual reduce la efectividad e impacto. Además, la falta de recursos financieros estables limita la sostenibilidad de muchas iniciativas a largo plazo.

«Es fundamental desarrollar un ecosistema que apoye la longevidad. Hoy en día, estamos viendo un creciente interés y más iniciativas, pero son pocos los espacios de intercambio a pesar de las múltiples posibilidades que tenemos de encontrarnos los unos con los otros.«
Diego Bernardini con expresión seria, vestido con camisa blanca y traje oscuro, frente a un fondo azul.

Prof. Diego Bernardini

MD. PhD. Director, Diplomado Internacional en Nueva Longevidad.

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Fragmentación por edad:

Muchas de las iniciativas del mapeo se centran exclusivamente en personas mayores de 50 años, lo que crea un vacío en la interacción intergeneracional. El 40% de las actividades sólo trabajan con una misma generación, mientras que el 52% se enfocan solo en la «segunda mitad de la vida», es decir, a partir de los 50 años en adelante. Esto deja un espacio en las iniciativas que podrían fomentar conexiones más diversas entre generaciones.

«Habría que eliminar la concepción de la edad cronológica como un atributo fijo. Debemos ver a las personas mayores y a cualquier persona como seres biografiados, con una historia de vida que se construye entre tiempos, en lugar de encasillarlas en una categoría de edad que las limita.«
Mariano Sánchez sonriendo, vestido con un jersey gris frente a un fondo azul.

Mariano Sánchez

Director de la Cátedra Macrosad de Estudios Intergeneracionales de la Universidad de Granada.

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Fragmentación política:

Según el mapeo, el 53% de los participantes señalan que las políticas y regulaciones actuales son el principal factor que limita los avances en este ámbito. Las políticas públicas sobre el envejecimiento en España se centran mayoritariamente en la asistencia social y sanitaria, con poca coordinación entre áreas clave como la educación, el empleo, la vivienda y la salud. Esta falta de integración impide un enfoque holístico sobre la longevidad. Sin una visión transversal, los problemas seguirán siendo abordados de manera fragmentada.

«La fragmentación de los esfuerzos y la falta de un plan de acción a nivel gubernamental son barreras importantes para el desarrollo de un ecosistema sólido. Aunque hay iniciativas, la falta de coordinación limita la efectividad de los recursos, especialmente en el tercer sector.«
Vânia de la Fuente-Núñez con expresión seria, vestida con traje oscuro, frente a un fondo azul.

Dra. Vânia de la Fuente-Núñez

Consultora Independiente en Envejecimiento Saludable y Edadismo.

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Fragmentación territorial:

A pesar de que el 58% de las iniciativas trabajan en más de un territorio, la descentralización de la gestión por comunidades autónomas genera variaciones significativas entre regiones, lo que lleva a desigualdades en el acceso a servicios y recursos. Mientras que algunas comunidades ofrecen políticas avanzadas y programas integrales para mayores, otras, especialmente en zonas rurales y despobladas, carecen de los recursos necesarios.

«En las zonas rurales, las asociaciones de mayores o el ayuntamiento son esenciales para organizar actividades intergeneracionales. Aunque en los pueblos pequeños todavía funcionan bien estos lazos, es necesario fortalecerlos y extenderlos a otras áreas para garantizar la inclusión.«
Ignacio Chato con gafas y vestido con traje oscuro, frente a un fondo azul.

Ignacio Chato

Profesor Secundaria IES Jaranda, Profesor Asociado UEX, Miembro de la Comisión de Programas Intergeneracionales Junta de Extremadura.

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Visión reduccionista del envejecimiento:

El concepto de envejecimiento y longevidad sigue siendo un tema en constante evolución, lo que contribuye a la falta de una agenda clara de acción que pueda alinear a todos los actores en este campo y generar un impacto colectivo. Las definiciones actuales, que a menudo se centran en personas mayores de 65 años, ignoran las experiencias y desafíos de grupos como migrantes mayores, mujeres y mayores LGBT.

«Debemos abordar la interseccionalidad en todos los aspectos, incluyendo la vejez, género, migración y raza. Las políticas deben contemplar las realidades específicas de las personas mayores migrantes, que muchas veces han vivido vidas de precariedad y discriminación, con impactos negativos en su salud física y emocional.«
Lucía Mbomío hablando al micrófono, haciendo un gesto con la mano, frente a un fondo azul.

Lucía Mbomío

Periodista.

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